Saturday, November 06, 2004

Lo nuevo

Recientemente termine tres libros de Orson Scott Card, “Fuego en el corazón”, “La ciudad de cristal” y “The worthing saga”. Los dos primeros son las partes 5 y 6, respectivamente, de la serie de Alvin Maker, en donde el autor recrea la historia norteamericana, a través de la fantasía, mostrándonos una situación completamente distinta a la que conocemos: las colonias inglesas no se han independizado del todo y una corte del rey Arturo vive en el exilio, España fue derrotada en México, donde todavía reinan los mexicas, por lo que sólo le quedan las colonias de la Florida y Nueva Barcelona, mientras que los pieles rojas no se han extinto y conservan su propio territorio. Aunado a esta situación política, se hace uso de la magia y de los llamados “dones” que permiten a varios de los personajes realizar cosas fuera de lo común. El protagonista de estas historias es el séptimo hijo de un séptimo hijo, por lo cual sus habilidades serán mucho más especiales y estará llamado a realizar grandes acciones. A lo largo de ambos relatos, el autor nos muestra distintas facetas de la conducta humana realzando algunos valores y dotando a los personajes de motivaciones y conflictos que recrean problemas como la discriminación, la búsqueda de la libertad y la tolerancia hacia los “distintos” a nosotros mismos. El tercer libro, el genero de la ciencia ficción nos muestra la caída de una sociedad “perfecta” en la que el uso de una droga llamada somec (no confundir con el soma de “Un mundo feliz de Huxley”) permite a ciertos estratos privilegiados de la sociedad dormir por largos periodos de tiempo, para despertar de vez en vez de cuando para atender sus asuntos y dormir de nuevo, lo cual los dota de una eterna juventud, relativa por supuesto, pero que les permite vivir por cientos o miles de años. Partiendo de la debacle de esta sociedad “perfecta”, vemos la colonización de un mundo por un único individuo conciente, con lo cual, este se convierte en “dios” para todos los que vienen después, mientras intenta sobrevivir a su condición divina sin perder su carácter como individuo. Estos títulos como la mayoría del trabajo de Orson Scott Card son excelentes, dignos de formar parte de cualquier colección de sci-fi o fantasía.

Otro titulo que recientemente he terminado de leer, es “El hombre en el castillo” de Phillip K Dick, autor de ciencia ficción cuyas obras ya han sido llevadas a la pantalla grande, en las películas: Vengador del futuro, el impostor, Blade runner y mas recientemente el pago. En este libro escrito a principios de la década de los sesenta, se plantea la posibilidad de que los países del eje resultasen victoriosos en la segunda guerra mundial, dominando así el mundo, y donde los imperios nazi y el japonés han tomado posesión de USA y moldeando su sociedad y misma forma de ver la vida. Esta deconstrucción del espíritu norteamericano y la imagen de la colonización nipona, se acompañan de una trama muy interesante con un final que aunque un tanto anticlimático, es inesperada.

En cuanto a películas, comentare tres: Colateral, Desaparecidos y Fahrenheit 911. Colateral marca el debut de Tom Cruise como villano, y aunque no lo hace mal, a momentos es un tanto acartonado en su relativa maldad, y digo relativa, porque si algo deja en claro el personaje, es que el ser asesino a sueldo es una profesión, sin tintes personales, sólo un trabajo más en una lista interminable. Los diálogos entre el asesino y el taxista, que sin desearlo se convierte en su cómplice, son desde mi muy particular punto de vista, geniales, ya que de alguna forma cambian la vida y perspectivas de ambos personajes, al compartir y contrastar sus razones de ser y vivir. Desaparecidos cuenta con la excelente actuación de Cate Blanchett y una participación un tanto gris de Tommy Lee Jones, quien ha tenido mejores papeles e interpretaciones que esta. La trama pareciera cambiar de intención sin mucha claridad, y aunque el avance de la cinta daba una idea de suspenso, el resultado es más bien una mezcla de acción y drama que nos muestra lo que una madre es capaz de hacer por sus hijas. El villano principal, quien además de tener un perturbante parecido con un actor cómico mexicano (no se me el nombre, pero fue el de “no soy un pendejo cualquiera, soy un pendejo excelente”), es un hechicero indio que mata algunas veces con lo que parece ser una pata de pollo envenenada, imagínense nada mas (me pregunto si será Pilgrims pryde). Fahrenheit 911 es un documental sobre la vida política y profesional de quien parece ser el individuo más odiado, justamente por cierto, del mundo: George W. Bush (aunque nos pese a los mexicanos, este señor le chingó el puesto a nuestro mentado Salinas, con creces y demasía dirían por ahí). El trabajo de investigación/divulgación del bien intencionado Michael Moore, nos muestra como después de una malograda vida en los negocios, aún a pesar de contar con el prestigio y respaldo de su padre, Bush Jr, se dedica por fin a la política, donde después de ser gobernador y con el fraude mejor documentado en la historia de “la mejor democracia del mundo”, consigue una presidencia para la cual no esta preparado (impresionante analogía con el gobierno local diría yo) y acaba por buscar su beneficio propio y el de sus allegados llevando a sus compatriotas al negocio redondo de la guerra, sin importar que los únicos motivos reales sean los de apoderarse del petróleo de otro Estado y las ganancias que brinda la reconstrucción de una nación devastada por un conflicto a todas luces unilateral. Para terminar, venga un merecido reconocimiento al trabajo de Moore quien ha tratado de despertar la conciencia de sus conciudadanos y el mundo entero. Esperemos que no haya sido en vano y las votaciones hagan justicia a ese engendro de la guerra que busca dirigir de nueva cuenta el destino de la nación más poderosa del mundo con los resultados que esto conlleva.

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