Graymalkin

Monday, March 28, 2005

Churros de todo tipo, sabor y calidad

Estas vacaciones decidí matar el tiempo viendo las películas que: o usualmente dejo pasar de largo, o intento volver a ver porque me gustaron, o bien porque alguien mas rento o compro y no tenia nada que hacer.

El embajador del miedo (The Manchurian Candidate) cuenta con la participación de Denzel Washington, Glen Close y Liev Schreiber. Esta cinta, –un remake–, gira sobre la premisa de la muy frecuentemente usada “teoría del complot” (y no, no me refiero al Peje de Gobierno y sus pleitos con el ranchero presidencial). En esta ocasión un veterano de la guerra de Irak –que padece de pesadillas recurrentes– comienza a sospechar de las motivaciones de un antiguo compañero de unidad Raymond Shaw, quien se ha convertido en senador y aspira a la vicepresidencia del país. Tras descubrir que no es el único veterano de su unidad que sufre/recuerda las mimas pesadillas comienza una investigación que lo lleva hasta una poderosa transnacional que tiene importantes contratos bélicos con el gobierno de su nación. Esta búsqueda por la verdad a través de traiciones y descubrimientos tiene un desenlace poco original –los buenos ganan, como siempre, para descanso de nuestras agitadas y preocupadas mentes– aunque debo reconocer que la actuación de Washington y Close es muy buena, del otro actor no sabría bien que decir, si el salir toda la película con cara de pasmado requirió un gran trabajo actoral, entonces me parece bueno; sino, pues podría calificarlo como personaje relleno, de esos que entran en las tramas sólo para hacer bulto. En resumen es una muy buena película de entretenimiento.

Una “curiosidad” que rente estos días fue Los soñadores de Bernardo Bertolucci, cinta francesa ambientada en París en 1968, que trata de un estudiante de intercambio (gringo, por supuesto) que conoce a un par de hermanos con quienes vive una serie de experiencias muy extrañas para el. Esta cinta me provoca reacciones encontradas, para comenzar con la perspectiva positiva debo hablar sobre la música, el uso de temas de Janis Joplin y otros autores de esa época es muy bueno, justo el tipo de música que yo me imaginaria que oían los jóvenes liberales y libre pensadores, el vestuario –aunque debo de reconocer que no me gusto del todo por que la moda de los setenta siempre se me ha hecho no se, antiestética– fue muy bien realizado. Los peros que le pongo son los siguientes, el gringuito es el recatado, espantado, inocente que viene a conocer otras formas de vivir y de pensar, y los franceses son tan liberales que son libertinos, ya que conviven en una extraña relación enfermiza que dista mucho de ser amor fraternal, eso si, al momento de defender sus ideales no dan un paso atrás ni se escabullen entre la multitud como el joven norteamericano, eligiendo en cambio manifestar su ideas y luchar contra un sistema que consideran erróneo. En resumen, esta es una cinta que sólo gustará a cierto tipos de personas; espantados y mochilones favor de abstenerse.

Para mí, El aro 2, fue lo mismo que la cinta anterior sólo que esta vez tuve que pagar para verla. Como cualquier secuela que se produzca por estos días, parte de la premisa de que no todo se arreglo -con las acciones de Naomi Watts– en la primera cinta, así que en un cierto cambio, no del todo justificado en su modus operando, el espectro de Samara vuelve a hacer de las suyas mientras vemos como esta joven madre prosigue investigando sobre los orígenes y motivaciones de esta aparición de ultratumba. Las secuencias son prácticamente las mismas de la primera parte, con el demerito de que el usar los mismos efectos especiales que ya habíamos visto le resta mucho impacto, aunque debo reconocer que la fotografía es buena, y el uso de esos colores matizados en los paisajes es muy bello. Si bien no es lo mejor del género, en mi opinión, se lleva de calle a La Maldición, y eso no es del todo un cumplido.

Aguanté mucho tiempo sin ver Aliens vs Predator, pero al final termine por rendirme a la curiosidad. Hace más de diez años que leí la novela grafica que da origen a esta cinta y debo decir que la trama original era mejor. Quienes hayan visto cualquiera de las cintas de ambos monstruos famosos solo tendrán que imaginarse las mismas escenas anteriores pero mezcladas. Da gusto ver el avance logrado hasta la fecha en cuestión de efectos especiales, ya que los directores han ampliado sus posibilidades en cuanto a producción, pero la creciente ausencia de guiones originales deja mucho que desear. Y si bien, esa carencia ha beneficiado a los distintos géneros narrativos cobijados por el cómic al ofrecerles una oportunidad de dar el brinco hacia el séptimo arte, no todos los resultados has sido satisfactorios. Esperemos que los malos resultados no abunden para que tengamos oportunidad de ver realizadas las historias provenientes del noveno arte.

Acabo de ver La Terminal, y para ser una cinta que ciertamente no me entusiasmó como para verla en el cine, debo admitir que la disfrute mucho. Pese a contar con la participación de Tom Hanks –lo siento, con Naufrago se perdió también mi gusto por su estilo personal– y a ser más que nada una colección de clichés sobre inmigrantes, minorías y el sueño americano, la emotividad que nos brinda es enorme. El pasar más de nueve meses con Víctor Nabovsky, viendo como enfrenta las dificultades que le planta el sistema migratorio americano y un funcionario amargado y adicto al control, me hace reflexionar sobre lo que siente cualquier viajero –quien quiera que sea y donde quiera que este– al estar lejos de casa. La melancolía y la desazón no conocen de distancias ni condiciones, aunque bien es cierto que entre mayor sea la dificultad para volver, estas sensaciones se acrecentan sin control. Por otra parte da gusto ver que, aunque sea en las películas, todavía hay gente que hace todo por cumplir una promesa, sin importar los riesgos que esto conlleve. Otra de las cosas que me agradó fue el final, aunque mucha gente seguro se enojo por no tener su típico final feliz, debo reconocer que la vida nunca termina, siempre hay acontecimientos posteriores, algunos buenos y otros no tanto, que se suceden sin cesar y que nunca habrá un momento en que el letrero de final se presente, porque aun y si fallece algún protagonista, siempre habrá alguien más a quien dirigir la cámara para enfocarnos en otro drama, otra vida, otras esperanzas, etc. Lo que no me gusto del todo fue que, el malo de la película nunca pagó por sus acciones –romántico idealista que soy– mientras que las minorías se fueron al carajo. El viejito cascarrabias hindú seguro fue deportado y murió en prisión, el negro y el hispano seguro perdieron el trabajo, el extranjero se fue a casa después de haber cumplido satisfactoriamente con lo prometido, sí, pero lo hizo con un corazón roto, mientras que la azafata gringa siguió metida en relaciones sin sentido porque en el fondo no estaba lista para asumir la responsabilidad de una verdadera relación, mientras que el funcionario logró el ascenso y siguió con una vida vacía y la necesidad de controlar su entorno por medio de reglas impersonales. Como comentario al margen puedo decir, que esas personas sin importancia sobre las cuales se apoya el sistema completo del país vecino, son las únicas que obraron sinceramente y mostrando calidad humana, y que el sueño americano si funciona, pero sólo para cierto tipo de americanos en particular, todos los demás deben conformarse con esperar pacientemente a que la suerte les sonría y por fin les toque su turno, mientras medran en la mediocridad provista por el ideal absurdo de una vida de consumo sin reflexionar nunca sobre el porque de su existencia.

Bailamos cuenta con la participación de Richard Gere, Susan Sarandon y Jennifer López, y en esta adaptación de una película japonesa, somos testigos de la falta de algo en la vida cuasiperfecta del Sr. Clark, un contador público entrado ya en años, con una esposa y par de hijos, quien al celebrar un cumpleaños más decide súbitamente tomar clases de baile de salón. En lo personal creo que la presencia de la bellísima latina fue el motivo por el cual el citado individuo se une a otro par de inexpertos en ese tipo de actividades. Conforme pasa el tiempo, vamos conociendo un poco más de los personajes a través de sus inseguridades y de la forma que tienen de canalizar sus problemas y emociones por medio de las secuencias de baile. Lo mismo observamos los intentos de alguien de ser aceptado tal y como es, que los esfuerzos de perdón y curación de otros tantos. La actuación de Gere no es la mejor que ha tenido, pero sirve muy bien para mostrarnos a alguien que quiere algo nuevo en su vida, y que hace algo para cambiar la rutina que lo abruma. La actuación de López, me pareció muy buena, en una actitud contenida, reservada y adolorida que nunca le había visto. La participación de Sarandon, por el contrario se me hizo un tanto gris, pero debo admitir que tal vez se debía a la esencia del personaje. Como medio de entretenimiento es buena, pero que bueno que no la vi en el cine.

Las crónicas de Riddick es uno de esos placeres culposos que uno se da de vez en cuando. Si bien no la ví en el cine como tal vez debiera haber hecho para disfrutar el espectáculo de efectos especiales y la ignore en muchas visitas al video club, puedo decir que me gustó. El personaje de Vin Diesel, con su prominente musculatura y su voz de chico malo, es acartonado como siempre y aunque el papel de antihéroe parece tenerlo bien dominado, ¿que tanto riesgo puede correr alguien a quien todo le sale bien? Y si bien parece ser una colección de clichés, estoy seguro que nadie ve este tipo de cintas esperando encontrar la respuesta a las interrogantes de la vida. El final me recuerda mucho a un cómic de Conan el barbaro, y estoy seguro de que no tardando la convertirán en trilogía.

Mencion aparte merece Closer.

Me tardé un poco en comentar esta película porque aún y con todo lo que me gustó preferí verla dos veces antes de emitir opiniones. Closer o Llevados por el Deseo, como se tituló en nuestro país, cuenta con un excelente reparto: Natalie Portman, Julia Roberts, Jude Law y Clive Owen y dirigida por Mike Nichols, está basada en una exitosa obra de teatro. Esta cinta nos muestra la vida romántica de dos parejas y sus consecuencias. La primera pareja, de Portman y Law (Alice y Dan), se conoce casualmente durante un accidente e inicia una relación donde se puede observar una extraña dependencia de ella hacia el, de tal manera que se conforma con que él se deje amar sin tener que corresponder demasiado. Posteriormente Dan conoce a Anna –el personaje de Roberts– una fotógrafa divorciada con quien intenta comenzar una nueva relación, y aunque sus intentos no son del todo correspondidos, sirven de introducción al Dr. Larry (Clive Owen) quien tras conquistar a Roberts se casa con ella. A partir de aquí las parejas cambian varias veces, convirtiéndose en tríos y quedando finalmente en una pareja y un par de individuos solos ante la vida. El personaje de Law es un niño irresponsable que no sabe en realidad que quiere en una relación, primero se queja de que su pareja es muy inmadura, para comportarse a su vez mucho más infantil. Anna, se enrola en la posibilidad de una aventura –y tal vez, sólo tal vez, el amor de su vida– y deja su recién iniciado matrimonio por no estar del todo a gusto con la forma de ser de su esposo; quien a su vez, aun a pesar de comportarse extremadamente crudo en todo momento, se enamora por completo de su esposa a tal grado de confesarle una infidelidad ocasional. Debo decir que lo que más me gusto de esta cinta es el retrato pretendido de la vida tal y como es, con todos sus pequeños “detalles” a veces crudos a veces rosas. La infidelidad no es algo que ocurra por si misma, siempre tiene un motivo –no me refiero a un pretexto– una carencia, una ausencia, una búsqueda de algo que no se tiene (amor, comunicación, autoestima, sexo, etc). Y la satisfacción de esta necesidad conlleva decisiones que no siempre producen los resultados esperados. Al final de la película Law se quedo solo y tal vez maduró, Anna al parecer quedo insatisfecha pero decidió tomar la seguridad de un esposo seguro de si mismo, Larry se quedo con la mujer que quería y logro vengar –pero tal ver no perdonar– la infidelidad sufrida, mientras que –a mi parecer– Portan salió del circulo vicioso en que vivía, lo cual le permitió seguir su vida al encontrar una paz interior de la que anteriormente carecía.

Tuesday, March 01, 2005

Constantine

Constantine es un producto detallado, elaborado con esmero y premiando la atención al detalle. El uso que se hace de los efectos especiales es –en mi opinión– excelente, ya que, aún y tomando en cuenta que son muchos, pareciera que son esenciales al momento de contar la historia. Como presentación del personaje, la cinta no tiene carencias; nos muestra lo suficiente de John Constantine como para querer saber/leer más acerca de su particular estilo de vida. Lo poco que conocía del personaje era un reportaje en una revista del género del cómic que si bien despertó mi atención, nunca concretó el deseo de comprar nada de ese titulo, así que en este caso no tuve una visión purista del personaje que nublara o dificultara la aceptación de lo que la cinta propone. El trabajo de Keanu Reeves, es muy bueno, al principio me costo trabajo separarlo del estigma de Neo, pero llegue a creer esa nueva realidad paranormal donde se ubica este nuevo personaje, aunque debo reconocer que entre ambos trabajos existen muchos paralelismos. Estoy más que seguro que para hacer el guión de la presente cinta, seguro destriparon y sacaron de contexto una gran cantidad de historietas, eliminando detalles preciosos para el fan empedernido, pero es el precio que debemos pagar los seguidores del cómic para ver nuestras queridas historias en la gran pantalla. Aunque nunca he sido fan del trabajo de Rachel Weiss, debo admitir que su personaje me gusto mucho y sus reacciones/motivaciones me parecieron acordes al contexto. El –la– arcángel Gabriel se me hizo muy bien logrado, ya que su presencia emanaba naturalmente algo de sobrenatural –el juego de palabras es intencional–, no así el demonio Baltasar, quien no pasó de ser el villano genérico que parece ser necesario en cualquier cinta. El personaje de Lucifer me pareció exquisito, un respiro de aliento comparado con los villanos de película del último año, con reminiscencias del excelente trabajo de Al Pacino en El abogado del diablo. La resolución de la trama se me hizo muy ad hoc, ya que a estas alturas nadie esperaba un final perfecto, más bien uno con sabor extraño. En resumen, puedo decir que no es una cinta de terror como muchos pensaban –temíamos– sino de acción y fantasía, enmarcada en lo que yo llamo mitología cristiana. Esperemos las secuelas, ya que seguro hay mucho que contar con respecto al Hellblazer.