Graymalkin

Monday, November 29, 2004

Hombre en llamas

Por fin tuve la oportunidad de ver esta película, y la verdad no puedo menos que recomendarla, y sin reservas. El elenco es excelente, Denzel Washington, Dakota Fanning, Christopher Walken, y una gran cantidad de actores mexicanos cuyo nombre no conozco o no recuerdo, pero que son el complemento perfecto por la locación misma de la trama. En el lado negativo, tenemos la participación de Mark Anthony, quien, en mi opinión, debería seguir cantando y olvidarse del cine.; la inclusión de la señora del tacón dorado Carmen Salinas —aunque muy ah doc y mas bien de relleno— se me hizo francamente insufrible —lo único que falto para completar el cliché del cine nacional, fue la participación de alguno de los Bichir. En algunos aspectos, la cinta bien serviría de documental sobre el secuestro. La situación actual de nuestro país, la impunidad y la corrupción se han desbordado y no hay manera de controlarlas, mucho menos de erradicarlas. La complicidad con el hampa de las autoridades encargadas de nuestra seguridad es una cruda realidad, y es por cosas como esta que ocurren hechos como los pasados linchamientos de policías, tan publicitados pero no explicados. El tema de la película, en mi opinión y en lo que respecta al personaje central, es la redención. Creasy nos muestra como la culpa de un individuo puede ser el castigo más implacable que existe a veces, y que la falta de un motivo para vivir, hace que los seres humanos deambulen por donde sea, sin importarles lo que alrededor ocurra. Pita, por su parte, nos muestra la inocencia de la niñez, el amor desinteresado y la ingenuidad de quien no conoce las malas intenciones, mientras que sus padres realzan la realidad de muchos matrimonios actuales: la falta de comunicación. La conjunción de estos dos personajes, nos recuerda que siempre hay esperanza, siempre hay perdón, y que la mayoría de los casos los resultados de cualquier acontecimiento están en nuestras manos. No puedo comentar con más detalles porque delataría la trama, mejor véanla y la comentamos después.

Eso si, la parte negativa de la cinta, es la inclusión —implícita, claro esta— de la típica moraleja, nunca hagas enojar un gringo porque te carga la chingada.

Su imagen y semejanza

Muchas veces se nos ha dicho que Dios nos hizo a su imagen y semejanza. No sé si fue para justificar la forma física que los seres humanos poseemos y evitar un posterior cuestionamiento a la misma; o si únicamente fue un recurso para situar los límites —al parecer infinitos— de la obra divina. Lo que sí sé, es que esas palabras me han dado mucho que pensar, en muchas ocasiones y de variadas maneras. No quiero ahondar en los motivos religiosos de ésta muy personal reflexión, puesto que es demasiado lo que se podría discutir y argumentar al respecto sin llegar nunca a un acuerdo; mejor aún, pretendo compartir algunas ideas que se me han ocurrido con el tiempo.

En mi personal y particular forma de pensar, espero que Dios no nos haya hecho a su imagen y semejanza, ya que —en mi opinión, esto no hablaría muy bien de nuestro mutuo creador y nos daría un muy pobre ejemplo de lo que su trabajo puede llegar a ser. Las razones de esta opinión saltan a la vista de cualquiera que pueda y quiera observar la situación de mundo. Basta con mirar un momento. ¿Se han dado cuenta de lo que el ser humano puede hacer o dejar pasar?, pareciera no haber límite a lo mal que podemos hacer las cosas, sin importarnos lo que podemos echar a perder en el trayecto de nuestras ambiciones, la mera posibilidad de conseguir lo que deseamos, basta para que nos hagamos d el avista gorda y propiciemos incidentes que, de ocurrirnos a nosotros mismo, serian considerados lamentables. Y para acabar de empeorar las cosas olvidamos el hecho de que cada mañana nos brinda una oportunidad para enmendar los errores pasados, y ya no digamos enmendarlos, al menos verlos, aceptarlos, comprenderlos.

Siguiendo la anterior línea de razonamiento, son duda llegaríamos a la conclusión de que nuestro creador es un ser egoísta, tramposo, corrupto, chapucero, insensible, cruel, infiel, cobarde, ambicioso, enojón, intolerante, inconsciente, sarcástico, etc. Todo lo anterior quedaría a pedir de boca, ya que justificaría la forma en que los seres humanos ―no todos, no siempre, lo sé― somos y actuamos. ¿Qué somos, si no su obra, su reflejo y su mayor creación? Y si, únicamente somos un resultado, eso nos liberaría de todos nuestros pecados —o culpas como tengan a bien llamarlas—, ya no seriamos responsables de nada, después de todo: si así nos hicieron ¿porque deberíamos cambiar, porque deberíamos siquiera quererlo o intentarlo? Todas nuestras preocupaciones estarían resueltas ¿no? podríamos dedicarnos a vivir sin importarnos los demás ―como comúnmente lo hacemos.

Pero ―siempre hay un pero― yo creo que al contrario de todo lo anterior, nuestro creador, quien quiera que sea, como sea que se llame y dondequiera que este, nos dio la posibilidad de crecer y mejorar con el tiempo, de cometer errores para poder aprender de ellos, de tener la meta de llegar más allá de lo que conocemos, vivimos y sentimos. Hace poco alguien me dijo que no podíamos ser mejores personas porque eso proviene del compararnos con los demás y los demás no somos nosotros, así que no podemos juzgarnos igual. Yo creo que si podemos ser mejores, independientemente de querer compararnos con alguien más quien quiera que sea, yo quiero creer que cada día podemos ser mejores: padres, hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, abuelos, ciudadanos, en fin una amplia e infinita posibilidad de cambios posibles que nunca tendrían fin. El ser humano nunca será perfecto, pero siempre será perfectible.

Es ahí donde entra la imagen y semejanza, yo creo que Dios no nos hizo como él, sin embargo nos dio el potencial, con el tiempo y con nuestras acciones, de llegar a ser dioses, parte de ese dios que tanto amamos o tememos, criticamos o alabamos.

Porque, según creo yo, nuestro padre no podría haber deseado menos de nosotros, sus hijos.

¿Qué padre existe que no quiera que sus hijos sean mejores que él?

Para que puedan así, verlo tal y como es, comprenderlo y aceptarlo completamente.

Monday, November 22, 2004

Vida de cuadritos

En esta ocasión comentaré, algunos comics que me permitiría recomendar. El primero en mi lista es Astonishing X-Men. Con tan sólo seis números publicados hasta la fecha, el trabajo de Joss Whedon (famoso por la creación de las series de televisión: Buffy la cazavampiros, Angel y Firefly) y John Cassaday, es impresionante. La trama, lejos de ser complicada, hace un uso perfecto de los personajes y sus motivaciones, las situaciones que se presentan toman mucho de la tradición, de más de cuatro décadas, de los X-men y la inclusión de unos momentos verdaderamente hilarantes, lo hacen una excelente opción para cualquiera que este interesado en comenzar a coleccionar comics. Nota al pie; esta saga marca el “regreso” de un personaje vital, a las filas del grupo.

La segunda recomendación es “Planetary” de Warren Ellis en el guión y John Cassaday en los dibujos, esta serie, si bien es un tanto irregular (no más de 4 números al año) es un proyecto ambicioso, que funciona como homenaje a muchos géneros ya tradicionales, el pulp de inicios del siglo XX, las películas de monstruos, espías, acción, literatura fantástica y comics desde la década de los veintes a nuestros días. En sus páginas, bien se pueden encontrar referencias a Verne, Burroughs, Stoker, y otros autores, además de contar con una versión obscura y distante de los superhéroes clásicos. El equipo de investigadores de lo paranormal (con habilidades sobrehumanas por supuesto) se enfrenta a fantasmas, criaturas extraterrestres, conspiraciones gubernamentales, amenazas interdimensionales, razas escondidas, en fin; un sin fin de aventuras que bien merecen ser llevadas al cine.

En tercer lugar se encuentran dos trabajos de un mismo escritor: Brian Michael Bendis, “Daredevil” y “Powers” el primero cuenta con Alex Maleev en el arte y el segundo con Michael Avon Oeming. El trabajo de Bendis en Daredevil es de mucha profundidad al momento de crear los personajes y los diálogos, y en donde, lejos de ser un superhéroe como todos, se nos muestra el lado humano: compasivo, neurótico, dependiente, idealista, religioso, y si, un tanto sicótico de Matt Murdock, enseñándonos un individuo común (en muchos aspectos) enfrentando a situaciones fuera de lo cotidiano (¿se imaginan a un superhéroe demandando a un periódico por publicar la noticia de su identidad secreta?). Los dibujos de Maleev, son verdaderas piezas de arte, y describen perfectamente los estados de ánimo y las acciones de los personajes. En Powers, asistimos a una reinvención del genero de superhéroes, que si bien no es novedad, esta realizado con un enfoque distinto que lo hace único entre todos los títulos que se publican en el mercado norteamericano.

En esta semana

Podría comenzar disculpándome por no haber actualizado esta página la semana pasada, pero aparte de haberse tratado de una dificultad técnica y ajena a mi persona (al parecer había problemas para postear en esta pagina), no se si hay alguien que este leyendo estos comentarios regularmente y a quien pudiera haber defraudado la falta de novedad, así que lo dejare pasar e iré directo al grano.

Recién terminé algunos libros: “Invernáculo” y “La estrella imposible” de Brian W. Aldiss y “El hacedor de universos” de Phillip Jose Farmer. “Invernáculo” es una novela escrita en 1962, donde se muestra un mundo post apocalíptico donde la vegetación reina sobre la tierra y los animales están extintos, con la excepción de los seres humanos. Aparte de ser una obra interesante por las criaturas tan extrañas que describe y las situaciones a que somete a los personajes, lo que más me gusto, es que recordé haberla visto antes, no leído, sólo visto. La razón, es que la vi (en una edad donde no leía en Inglés y por lo tanto, únicamente veía los dibujitos) en algún ejemplar de Heavy Metal, a finales de la escuela primaria en casa de un primo mío, que tuvo a bien introducirme a la ciencia ficción, cosa que le agradezco de sobre manera hasta la fecha. “La estrella imposible” es una selección de cuentos cortos, que demuestra la evolución de Aldiss con el paso del tiempo, y en donde encontré un cuento corto que estoy seguro haber leído ya en algún otro libro, fuera de eso y descontando que no soy un fan de los cuentos cortos, hallé un par de historias interesantes: un relato sobre los inicios de la tercera guerra mundial a mediados de los sesentas y otro más que narra la vida de un hombre que vive minutos adelante del tiempo normal de todos los demás.

“El hacedor de universos” me agradó mucho más, la propuesta de una raza de seres que recrea universos, el uso de personajes de la Grecia original, caballeros de la edad media e indios norteamericanos, mezclada además con un sin fin de aventuras y una reconsideración del esquema de las sociedades como las conocemos, se me hizo muy interesante.

En el ramo de las películas, la única novedad ha sido “La ventana secreta” protagonizada magistralmente por Johnny Depp, quien encarna un escritor que se enfrenta a un divorcio causado por la infidelidad de su esposa refugiándose para trabajar en un pequeño pueblo, escondido más bien insignificante, de los Estados Unidos. A esta situación, se sucede una cadena de hechos, al parecer inexplicables, que acaban por hacer la película más interesante de lo que suponía al principio. La nota mala, es que, por tratarse de la adaptación de una novela de Stephen King, adolece de lo mismo que todos sus escritos: el final pudo haber sido mucho mejor, en fin cuestión de gustos.

Tuve la ocasión de volver a ver “Rey Arturo” y “El día después de mañana”(o El día que nos cargó la chingada, sí, otra vez), de la primera ya hice comentarios anteriormente, y de la segunda, que puedo decir, el genero de los desastres monumentales donde el mundo (gringo) esta en peligro de acabarse esta ciertamente gastado y sin novedad, pero el mero hecho de admirar los efectos especiales como la inundación de Nueva York, hace que valga la pena distraerse un rato en lo que yo llamo “cine de espectáculo”. La parte emotiva de la trama no me convenció mucho, pero resalta algunos valores muy necesarios en estos tiempos nuestros.

Saturday, November 06, 2004

Lo nuevo

Recientemente termine tres libros de Orson Scott Card, “Fuego en el corazón”, “La ciudad de cristal” y “The worthing saga”. Los dos primeros son las partes 5 y 6, respectivamente, de la serie de Alvin Maker, en donde el autor recrea la historia norteamericana, a través de la fantasía, mostrándonos una situación completamente distinta a la que conocemos: las colonias inglesas no se han independizado del todo y una corte del rey Arturo vive en el exilio, España fue derrotada en México, donde todavía reinan los mexicas, por lo que sólo le quedan las colonias de la Florida y Nueva Barcelona, mientras que los pieles rojas no se han extinto y conservan su propio territorio. Aunado a esta situación política, se hace uso de la magia y de los llamados “dones” que permiten a varios de los personajes realizar cosas fuera de lo común. El protagonista de estas historias es el séptimo hijo de un séptimo hijo, por lo cual sus habilidades serán mucho más especiales y estará llamado a realizar grandes acciones. A lo largo de ambos relatos, el autor nos muestra distintas facetas de la conducta humana realzando algunos valores y dotando a los personajes de motivaciones y conflictos que recrean problemas como la discriminación, la búsqueda de la libertad y la tolerancia hacia los “distintos” a nosotros mismos. El tercer libro, el genero de la ciencia ficción nos muestra la caída de una sociedad “perfecta” en la que el uso de una droga llamada somec (no confundir con el soma de “Un mundo feliz de Huxley”) permite a ciertos estratos privilegiados de la sociedad dormir por largos periodos de tiempo, para despertar de vez en vez de cuando para atender sus asuntos y dormir de nuevo, lo cual los dota de una eterna juventud, relativa por supuesto, pero que les permite vivir por cientos o miles de años. Partiendo de la debacle de esta sociedad “perfecta”, vemos la colonización de un mundo por un único individuo conciente, con lo cual, este se convierte en “dios” para todos los que vienen después, mientras intenta sobrevivir a su condición divina sin perder su carácter como individuo. Estos títulos como la mayoría del trabajo de Orson Scott Card son excelentes, dignos de formar parte de cualquier colección de sci-fi o fantasía.

Otro titulo que recientemente he terminado de leer, es “El hombre en el castillo” de Phillip K Dick, autor de ciencia ficción cuyas obras ya han sido llevadas a la pantalla grande, en las películas: Vengador del futuro, el impostor, Blade runner y mas recientemente el pago. En este libro escrito a principios de la década de los sesenta, se plantea la posibilidad de que los países del eje resultasen victoriosos en la segunda guerra mundial, dominando así el mundo, y donde los imperios nazi y el japonés han tomado posesión de USA y moldeando su sociedad y misma forma de ver la vida. Esta deconstrucción del espíritu norteamericano y la imagen de la colonización nipona, se acompañan de una trama muy interesante con un final que aunque un tanto anticlimático, es inesperada.

En cuanto a películas, comentare tres: Colateral, Desaparecidos y Fahrenheit 911. Colateral marca el debut de Tom Cruise como villano, y aunque no lo hace mal, a momentos es un tanto acartonado en su relativa maldad, y digo relativa, porque si algo deja en claro el personaje, es que el ser asesino a sueldo es una profesión, sin tintes personales, sólo un trabajo más en una lista interminable. Los diálogos entre el asesino y el taxista, que sin desearlo se convierte en su cómplice, son desde mi muy particular punto de vista, geniales, ya que de alguna forma cambian la vida y perspectivas de ambos personajes, al compartir y contrastar sus razones de ser y vivir. Desaparecidos cuenta con la excelente actuación de Cate Blanchett y una participación un tanto gris de Tommy Lee Jones, quien ha tenido mejores papeles e interpretaciones que esta. La trama pareciera cambiar de intención sin mucha claridad, y aunque el avance de la cinta daba una idea de suspenso, el resultado es más bien una mezcla de acción y drama que nos muestra lo que una madre es capaz de hacer por sus hijas. El villano principal, quien además de tener un perturbante parecido con un actor cómico mexicano (no se me el nombre, pero fue el de “no soy un pendejo cualquiera, soy un pendejo excelente”), es un hechicero indio que mata algunas veces con lo que parece ser una pata de pollo envenenada, imagínense nada mas (me pregunto si será Pilgrims pryde). Fahrenheit 911 es un documental sobre la vida política y profesional de quien parece ser el individuo más odiado, justamente por cierto, del mundo: George W. Bush (aunque nos pese a los mexicanos, este señor le chingó el puesto a nuestro mentado Salinas, con creces y demasía dirían por ahí). El trabajo de investigación/divulgación del bien intencionado Michael Moore, nos muestra como después de una malograda vida en los negocios, aún a pesar de contar con el prestigio y respaldo de su padre, Bush Jr, se dedica por fin a la política, donde después de ser gobernador y con el fraude mejor documentado en la historia de “la mejor democracia del mundo”, consigue una presidencia para la cual no esta preparado (impresionante analogía con el gobierno local diría yo) y acaba por buscar su beneficio propio y el de sus allegados llevando a sus compatriotas al negocio redondo de la guerra, sin importar que los únicos motivos reales sean los de apoderarse del petróleo de otro Estado y las ganancias que brinda la reconstrucción de una nación devastada por un conflicto a todas luces unilateral. Para terminar, venga un merecido reconocimiento al trabajo de Moore quien ha tratado de despertar la conciencia de sus conciudadanos y el mundo entero. Esperemos que no haya sido en vano y las votaciones hagan justicia a ese engendro de la guerra que busca dirigir de nueva cuenta el destino de la nación más poderosa del mundo con los resultados que esto conlleva.