Tuesday, February 01, 2005

Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido...

Aprovecharé el fragante plagio de la frase del finado Pedro Vargas, para introducir este breve comentario sobre mis vivencias el año anterior:

Como muchos ya saben, en el tiempo de transcurrido este año, la necesidad/oportunidad de trabajar me llevó lejos de casa y me encaminó hacia el sur de nuestra entidad, donde viví muchas vivencias.

El sabor de boca adquirido no es del todo dulce y mentiría llanamente al afirmarlo, pero esos rastros amargos y ácidos matizan la experiencia y la hacen única. Lo que si puedo afirmar sin dudar, es que esa gran cantidad de vivencias me ha proporcionado una perspectiva más amplia sobre las situaciones y posibilidades de vida que me son posibles.

Mejor aún, tuve la oportunidad, y en muchos casos la satisfacción, de conocer muchas personas y compartir con ellos mi tiempo. Compañeros de trabajo, alumnos, personas de distintas comunidades, con las que crucé caminos y relatos. Lo primero que me sorprendió al llegar a esos lugares, fue el apoyo incondicional de algunos compañeros y compañeras y la total carencia del mismo por parte de otros. Lo mismo encontré a quien me brindo un techo, un piso y un lugar donde obtener comida (lo demás era obvio que lo tenia que llevar yo), que me tope con personas que al parecer sin motivo hicieron lo posible por dificultar mi camino y mis gestiones por esos lugares. Pero aún y con dificultades puedo decir que todo eso me sirvió.

Guardo también recuerdos de los grupos de alumnos que conocí en las tres escuelas en donde trabaje. Tuve la oportunidad de tomar fotos de alumnos, instalaciones y la comunidad donde debuté al servicio docente, supongo que guardaré esos recuerdos específicos por siempre, pero sólo el tiempo lo dirá. De los alumnos recuerdo a los más traviesos, los callados, los más chicos o demás edad, los que le echaban ganas, los que no, los que me entendían y los que no se interesaban por hacerlo, el galán y la niña bonita de salón, los matados, los flojos y los de en medio, en fin, todas las actitudes y características que de alguna manera los diferenciaban unos de otros. Mi paso por la segunda escuela fue breve, y mis memorias de esta son muy difusas, pero en la tercera escuela estuve tres meses más, así que tengo más experiencias de las cuales echar mano a la hora de rememorar esos días. El recuerdo que tengo de mi primer director es agradable, alguien que no se metió conmigo y me dejo hacer las cosas con el apoyo de los compañeros más experimentados, alegre, bullanguero, buena persona. Mis compañeros y compañeras maestros, en su mayoría, fueron de gran ayuda tanto dentro de la escuela como fuera de ella., me enseñaron las artes de viajar para esos lugares cada semana y me proporcionaron de un lugar donde dormir y descansar a medio recorrido, informándome además, sobre los manejos truculentos de la supervisión y el tipo de cooperación que se esperaba de mi parte, así como de la política de convivencia existente allí. En resumen me instruyeron sobre lo necesario para una supervivencia en el medio, por lo cual les estoy agradecido.

También me tope con personas que, en franco disgusto con su vida y su persona, se esforzaban en todo momento en compartir su animadversión por todo con cualquiera que estuviera cerca, haciéndoles la vida de cuadritos. Estos docentes aparte de ser insufribles, eran irresponsables en su trabajo y en sus relaciones para con la comunidad, al hacer lo posible por sacar el mayor provecho sin dejar nada a cambio. Pero de ellos prefiero olvidarme y dejarlos su suerte, esperando que cambien por su propio bien y el de las personas que los rodean, a fin de cuentas ya no tengo que sufrirlos, así que mi bendición y cada quien su camino.
Para todos los demás gracias por todo lo que me ofrecieron y tuvieron en gana compartirme, de verdad que se apreciarlo y atesoraré esas experiencias que me han servido tanto.

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